La empresa familiar ORO VIEJO nace sobre la mitad del pasado siglo XX, y sigue viva hoy día tras el paso de tres generaciones. En concreto, en la década de los años 50 nuestro abuelo Fernando Ramos González ya realizaba sus propias matanzas de cerdos ibéricos. Ahí comenzó todo. Él mismo transportaba, con la ayuda de mulos y burros, y hasta vendía los derivados del cerdo ibérico de sus matanzas a los pueblos del entorno natural de la zona norte de Huelva.

Así empieza la historia de lo que hoy día es ORO VIEJO. Con humildad, sencillez, calidad, artesanía y trato directo al cliente. Nuestro abuelo Fernando Ramos ofrecía por los pueblos los manjares exquisitos que ofrece el cerdo ibérico en las dehesas de la serranía onubense.

Los embutidos se hacían, como ahora, con aliños caseros. La curación de los jamones y paletas era totalmente natural. Todo artesano fue discurriendo durante décadas hasta finales del siglo XX. La humilde historia de la empresa ORO VIEJO evolucionó de forma notable a partir de 1996, cuando Manuel, nuestro padre e hijo de Fernando, asentó las bases de una empresa familiar que, poco a poco, ha ido dejando huella y legado. Siempre conservando la esencia de antaño, la artesanía y sabiduría de nuestro padre y abuelo, criando los cerdos en nuestras propias dehesas, realizando las matanzas, manteniendo la alta calidad de nuestros productos, conservación natural y mimo diario del producto en nuestras bodegas, sumado a mucho esfuerzo y trabajo.

Además la venta directa al público en nuestra bodega y fábrica ubicada en Higuera de la Sierra, y desde ahí en los últimos años llevando el legado de ORO VIEJO a cualquier punto del mundo siendo un referente a nivel nacional en fabricación y curación de los derivados del cerdo ibérico. La empresa familiar ORO VIEJO recibió el Galardón del ‘Jamón de ORO’ en el año 2017 dentro de la celebración de la Gala del Jamón de la afamada Feria Regional del Jamón y del Cerdo Ibérico de Aracena.